Laika tiene 14 años, pero su energía sigue intacta —porque sí, aunque los años digan una cosa, su espíritu dice otra— y cuando sale a pasear, tira de la correa con la fuerza y el entusiasmo de quien aún tiene muchas cosas por olfatear en la vida.

Antes mandaba ella pero con la llegada de Lali, la sheriff pasó a ser su ayudante. Las dos comparten carácter fuerte y liderazgo natural. De hecho, se entienden tan bien porque se equilibran: ambas son alfa, pero también inteligentes y respetuosas entre sí. Esa conexión especial les permite convivir sin problemas, como dos viejas amigas que ya se conocen todas las manías. 

Eso sí, Laika no es precisamente fan de otros perros (ni machos ni hembras) y los gatos… bueno, digamos que mejor no tenerlos cerca. Pero con las personas, tiene ese punto noble y decidido que enamora. Es leal, expresiva y tiene una mirada que parece decir: “yo controlo, tú solo sigue mi ritmo”.

Está esterilizada y, a sus 14 años, goza de buena salud. Su cuerpo puede haber bajado revoluciones, pero su carácter sigue tan firme como siempre. Le encantan los paseos, el aire libre y la sensación de estar acompañada, aunque sea para supervisar desde su rincón —porque, claro, una ayudante de sheriff nunca deja de vigilar. 

Laika es pura fuerza, corazón y experiencia. Una perrita con historia, con garra, y con esa chispa especial que solo tienen las veteranas que lo han vivido todo.